domingo, 23 de noviembre de 2008

Buscando algo absoluto...

"Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es." (Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, Borges)


Un inicio, para vos que estás lejos, encontré el lugar buscando algo absoluto...

domingo, 16 de noviembre de 2008

A ella que todo lo comparte,

Tienes en tu bolsillo derecho, guardado entre el recibo del almuerzo de ayer y el examen de hace una semana, a un sol. Es radiante, como suelen ser los soles, por lo menos los que pertenecen a esa familia. Lo sacas un fin de semana, cuando sientes que algo se ha quedado olvidado en aquel bolsillo. Lo miras en detalle, sus rayos son algo inesperado, misterioso, surreal. Sonríes. Inesperadamente has reencontrado a tu sol.
Es extraño y lo sabes, un sol es más escaso que cualquier otro espécimen incluyendo a los famas, puedes encontrarte a la vuelta de la esquina un amor o puedes toparte con una casualidad tres veces en un día y aún así nunca haber encontrado un sol, menos en un bolsillo.
Para ti, ahí estaba, alumbrando como siempre, como un sol, que quiere darte todo lo que su ser es y a la misma vez perderse algún minuto inesperado dejándote ansiosa. No lo quieres tocar, piensas en un pequeño pájaro que ha caído de su nido y temes que sea impregnado de tu humanidad. Te decides y lo tomas en tus manos con gracia, haciendo que el mundo entero detenga el aliento. Es hermosa la luz que juntos destellan, y que irradia mi caos. Un sólo instante en contacto con la magnificencia para que te conecte con la más pura de las emociones. No puedes creer en tu fortuna, tienes ahí a un sol, para ti.

Algo interrumpe el momento divino, intempestivamente el sol ha desaparecido. Lo tenías entre tus dedos y ahora la nada lo remplaza. Revisas entre el recibo y el examen, entre muchos recibos, listas, teléfonos, anotaciones. Nada del sol. Sin querer tus manos tiemblan, todo tu cuerpo lo hace; no hay lágrimas en tus ojos porque tú tienes la fortuna de entender que el sol es inconstante, puedes encontrarte uno pero no será tuyo para siempre. Lo entiendes, por ello cierras tus ojos y recreas su luz, poco a poco el temblor amaina y concilias el sueño.

Estás tranquila, tienes la plena seguridad que reaparecerá; eso hacen los soles, eso hace tu sol. Aquel que guardaste cuidadosamente en el bolsillo derecho, entre el recibo del almuerzo de hace una semana y el examen de hace un mes.

Ocupaciones Varias VI - El Arbol


Personaje se acercó a una flor y le pasó sus dedos sintiendo su suavidad, caminó lentamente por el jardín observando la hermosa naturaleza, sintió la tierra bajo sus pies rememorando aquel pequeño jardín de su infancia, aquella felicidad. Camino un largo tiempo hasta que sintió que era observado, ¿será otra mujer alada? se preguntó Personaje y miró a su alrededor; una voz ronca le respondió –debes diferenciar el amor de la razón, aquí no hay mujeres aladas -.

Una clase de decepción inundó a Personaje mientras sentía que lloraba por dentro.

- ¿Quién eres?-preguntó.

- Un árbol – dijo una voz y Personaje dirigió su mirada hacia el sur de ese jardín.

-Aquí no encontraras a tu razón- dijo el árbol a continuación, -¿por qué? si el amor no está lejos de ella, a veces es necesario razonar el sentimiento y ponerle un poco de sentimiento a la razón-.

-En eso estás equivocado, Personaje- dijo el árbol moviendo una de sus ramas, - Aquí como en el amor no hay mucho lugar para la razón- y dichas estás palabras se sintió un gran silencio.

-Acércate- y Personaje empezó a caminar lentamente hacia el final del jardín, -Siéntate cerca-; Personaje buscó un lugar evitando dañar alguna de las hermosas flores del jardín y se sentó.

- Hablar del amor es como razonarlo. Inútil. Para enamorarse sólo es necesario cerrar los ojos y sentir, ¿sientes la fuerza?-

-No- dijo Personaje un poco escéptico a las palabras del árbol.

-Cierra tus ojos y piensa en el amor tal y como lo has vivido, imagínatelo, óyelo, huélelo, respíralo. ¿Sientes su fuerza?, ¿Hay lugar ahí para la razón?-. Personaje calló, pensaba en las personas que conocía, las que tanto le habían dado y a las que a pesar de todo no amaba.

-El amor nace, no es cuestión de decisiones, lo único que puedes decidir es si quieres o no ser absorbido- Dijo el árbol mientras Personaje seguía pensando en ellas.

-¿Absorbido? Preguntó Personaje, -Por la fuerza- dijo él, -Tú decides si te dejas llevar o si es mejor alejarse, pero cualquiera que sea tu decisión no puedes negar que allí existió amor, lo único que puedes decir es que no quisiste que creciera. Ahí es donde entra la razón, desde ese momento ella hace parte del juego, pero no antes, no cuando nace-.

Personaje miraba una flor amarilla que tenía cerca, detallaba cada uno de sus pétalos mientras pensaba en lo que le había dicho el árbol. ¿Estaba él en lo cierto? ¿El amor nace alejado de la razón?, se encontraba confundido, había pensado hasta ese momento que no amaba a esas personas por qué no tenía decidido hacerlo, pero nunca se le ocurrió que simplemente allí no había nacido amor y ya. Que difícil era pensar eso, él que sobre todas las cosas evitaba herir a las personas, no quería herirlas a ellas, especialmente.

- Si llegas al punto en el que debes razonar el sentimiento, es por que algo allí no está bien, algo hace que el amor no nazca.- Dijo el árbol.

Personaje se puso de pie, con la cabeza abajo y las manos en los bolsillos, decidió irse, ya era hora. El árbol puso una de sus ramas frente a él y exclamo: - Antes de irte debo hacerte una pregunta, ¿Qué amas realmente? Personaje pensó en momentos, en objetos, en palabras, pero no pensó en personas.

- El amor que tu le das a otro ser es diferente al amor que le das a un objeto o a un momento- Dijo en árbol.

-Diferente, ¿Por qué?- Preguntó.

-Por que es un amor que nace y crece de ti, ellos no hacen nada para que sea de otra forma, es un amor de ti a ellos pero nunca está el amor de ellos a ti. Por el contrario con una persona se da el amor de dos, tu la amas y ella te ama, puede ser que el amor se haga más grande sólo por el hecho de que la amas o por que ella te ama a ti. Así se da la felicidad nacida del amor- Respondió el árbol.

Personaje sintió un dolor, no podía estar de acuerdo con lo que le había dicho el árbol, hasta ahora el había decidido amar o no y lo había hecho con la razón, excepto esa vez que había logrado amar completamente, esa única vez que se había entregado, lanzado, sumergido, al amor y había sido feliz. –Después de todo el árbol puede tener un poco de razón- pensó Personaje.

- ¿Por qué no nace el amor para mí?- Exclamó Personaje en tono de pregunta, -Es un problema tuyo pero no contigo- Dijo en árbol – No has encontrado ese tipo de amor que te haga sentir bien, quien te ofrezca tú tipo de amor, además no estás preparado para que así sea-.

-¿Cómo así que no estoy preparado?- Preguntó Personaje en tono agresivo, -No, primero porque buscas en la razón lo que sólo te puede dar el amor – Respondió el árbol y calló unos minutos, que a Personaje le parecieron eternos; -Segundo, por que te alejas de las personas que quieren darte ese amor, aquellas que no te piden nada a cambio de poder amarte.-

-No conozco personas así- Dijo Personaje con un poco de lastima.

-Eso es, porque insistes en buscar pedazos y amar con el pensamiento, pretendes extraer eso que no te gusta e imaginas que amas lo que te hace sentir bien-.

-Eso no es cierto- Gritó Personaje.

-Tú sabes que es así, en el fondo. Ahora estás rodeado de personas que te aman por lo que tú das, no lo hacen sin esperar, sin exigir.-

-Es real, existe- Gritó el árbol.

Personaje guardo silencio y se secó las lágrimas, respiraba agitadamente, sentía rabia, con él, por él.

-Debes irte- Dijo el árbol, -Te queda aún mucho por visitar.-

-¡No!, y ¿Si todo es un sueño? ¿Si no recuerdo nada de esto mañana.

Un fuerte viento irrumpió en el cuarto, las hojas empezaban a volar de un lado a otro, las ramas del árbol se mecían fuertemente.

-Azul- Exclamó el árbol en tono solemne-

-¿Azul?- Preguntó

- Más allá de las nubes, el cielo es siempre azul; nunca lo olvides -

Personaje sintió más fuerte el viento, extendió sus manos en busca de algo para agarrarse, para evitar que el viento se lo llevara. Se agacho y luchó; poco a poco el viento fue disminuyendo hasta desaparecer. Personaje se incorporó, se encontraba de nuevo frente a las “varias puertas”, tenía que volver a decidir ¿Dónde lo llevaría ahora este viaje?, sólo le quedaban dos opciones, ¿Quería continuarlo? (Personaje piensa cual deberá ser su próximo paso)

domingo, 9 de noviembre de 2008

Ocupaciones Varias V - "Del Amor"

Personaje posó sus ojos sobre esa puerta amarilla o roja, o amarilla y roja, pensando si debía entrar. Debía, así estaba dicho o escrito, en lo que tenía que pasar. Personaje saco fuerzas, de ese rincón de donde se sacan las fuerzas y giró la manija; esperaba encontrarse adentro a otra mujer alada que le dijera que ella era el amor o por lo menos alguien con quien hablar, una persona que le explicara algo sobre el amor o le enseñara a amar. Por el contrario Personaje se encontró solo. En soledad y en un sitio oscuro se acordó de una frase que había escuchado hacía ya mucho tiempo “para amar a alguien es necesario amarse a si mismo”; pensó que a lo mejor por eso se encontraba solo, para conocerse en primer lugar y para aprender a amarse. –Es estupido- exclamó Personaje, - yo me amo, y si no fuera así igual me tocaría vivir conmigo - y no le quedo más que reírse de su comentario. – Soy fatalista, no hay nada que hacer- dijo y se siguió riendo. Con las manos en los bolsillos empezó a recorrer el lugar en el que estaba, no encontró nada, nada en absoluto.

Gritó, nada, gritó más fuerte, nada, volvió a gritar, absolutamente nada. ¿Qué estaba haciendo allí?, otra vez la pregunta; - debo dejar de seguir mis impulsos- pensó Personaje. Cansado ya de la nada se sentó, agarró una piedra y empezó a dibujar en el suelo, allí mismo donde se había sentado. Una linea tras otra y luego otra para completar una espiral, se puso de pie y la observó – eso es el amor, algo que nace de un punto y crece, ya es hora de irme- dijo en voz alta mientras buscaba la puerta por donde había entrado. Miró en todas direcciones mas no vio ninguna puerta, esta había desaparecido, - ahora estoy encerrado en un sitio donde no hay nada y no sucede nada- se dijo.

Volvió y se sentó, pero en el lugar donde estaba la espiral dibujada por él encontró una pregunta “¿qué es el amor?”, - el amor es algo que nace de un punto y crece, como una espiral-respondió Personaje en voz alta y espero, nada, siguió esperando y no se produjo ni un solo movimiento. Se sentó y junto a la pregunta dibujo una espiral de nuevo con las palabras “esto es el amor”. Poco a poco los trazos fueron tragados por la tierra y a su vez aparecieron de nuevo las letras “¿qué es el amor?”. Personaje tomó de nuevo la piedra y mientras jugaba con ella en sus dedos pensó en las plantas y en los animales, en lo hermoso que era ver el amor en la naturaleza, en como todo allí, existía por una razón, en el amor de una madre a sus crías, en el florecer, en la luna y el sol; pensó también en lo difícil que podía ser responderle al suelo. Comenzó a dibujar, con la piedra, ese amor biológico y natural que había visto en la naturaleza y mientras dibujaba sus trazos desaparecían en el suelo.

“Para hablar tanto del amor has amado muy poco” fueron las letras que a continuación aparecieron.

Personaje pensó en aquella vez que había amado, en aquella mujer que aún de muchas formas amaba y escribió “amé, amo mucho” a lo que el suelo respondió “amaste completamente, pero amaste una sola vez” –AME Y ESO ES LO IMPORTANTE- Grito Personaje a lo que el suelo respondió “¿A qué le temes? ¿Le temes al dolor?”, No, pensó Personaje no era al dolor a lo que le temía, era algo más, algo que llevaba adentro. – Mi razón me dice que no es el momento, debo estar solo-. “¿Estás sólo?” preguntó el suelo, a lo que Personaje no encontró respuesta. Sabía que no estaba sólo pero igualmente sabía que quería estar solo o por lo menos no enamorarse.

El suelo le mostró una puerta, una que Personaje no había visto antes. Pensó si debía entrar por aquella nueva puerta y dudó, ¿Lo llevaría a las “varias puertas”? ¿Saldría de nuevo a la linea gris? ¿A la realidad? En el suelo estaba escrito “esa puerta te llevará a las respuestas, a lo que quieres saber del amor”. Personaje estaba indeciso ¿Quería las respuestas? (Personaje piensa, ¿debe entrar por esa puerta?)

domingo, 2 de noviembre de 2008

Entr'acte - Tendencia al caos

De nuevo, una noche cotidiana, la misma ambientación, diferente lugar; musicalizada por algo menos genial, pero no por ello menos exquisito. Un acercamiento; algo típico y esperado tácitamente por quienes allí nos encontrábamos. Palabras y más palabras, en todo momento pretendiendo mostrar y logrando, exitosamente, no escuchar lo que se trataba de expresar. Imágenes irreales, juego de pretensiones, barreras entre lo que se quería y se daba por ello. Una mirada cuyo significado ya conocía aunque era lejano a la realidad momentánea, seguida de unas palabras que me lo recordaron. Flashback que me lanzó de nuevo a la nada, mi fiel compañera. Encanto, inexplicable, sentimiento, insoportable… algo de mi antigua enfermedad. Yo, intentando como siempre acércame a la existencia contigua a mí, tomando siempre el camino que más se me facilita, ese que se resume en una sola palabra.

El encantador y seductor caos apareció de nuevo frente a mí, exactamente como lo recordaba, mismo olor, mismo juego; su sensación al contacto con mi piel era idéntica a tantos otros momentos. Mi tendencia hacía obligatoria la atracción y por tanto la debilidad manifiesta que expiré en su presencia. La notó como cuando se siente el miedo ajeno. Pensé por una vez, alejarme de su esencia más pura, sin éxito; fui absorbida por él, que está vez produjo y no produjo, inconsciente más no inocente, el vacio. De nuevo.

Embriagada por esa fugacidad, que pretendo siempre que sea permanente, sentí como llegaba a ese momento, eternamente revivido por mí, en el cual no quieres algo pero quieres todo lo demás. Ese momento crucial en el cual no logro poner el no donde realmente lo quiero y temo siempre ponerlo donde no es, nunca encontrando el mejor lugar y casi siempre equivocándome, guiada por ese miedo estúpido de todo ser humano a no obtener lo que se quiere y por el cual siempre termino cediendo… para después enfrentarme a mí, o a la parte ingenua de mi, esa que trata de lograr que lo instantáneo pierda su esencia.

Ahora exorcizo mis demonios y expió mis culpas únicamente con el propósito de firmar la paz con esa parte de mí que me alienta a sentir, esa que de la mano con mi inocencia, alejan mi razón pura y cruel, para sumergirme en el caos