domingo, 17 de febrero de 2008

A Ella.


Amiga, no tengas miedo,


Se disipó esa oscuridad gris que nos cubría y creo que ahora llegó el momento de sólo sonreír. No es igual y nova a ser lo mismo pero ya es hora de cortarle las alas a los miedos y simplemente sentir. Te lo dije alguna vez, el amor es a veces tan ingrato que es mejor disfrutar la tranquilidad de pensar en uno mismo, aunque sea una vez. Ahora te digo algo diferente, con la misma fuerza con la que se ama, se olvida, y después de ese largo camino nos debe alegrar poder decir que lo hemos perdido todo, menos la fuerza.


La razón puede decir lo que se le venga en gana, si todos se dan el gusto de perderla de vez en cuando, ¿por qué no perderla ahora nosotros? Qué mayor satisfacción que saber que la hemos perdido en aquellos brazos que tanto deseamos, aquellos que de nuevo se extienden hacia nosotros.

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