domingo, 2 de marzo de 2008

Atrás

Creo haber envejecido un poco (decir mucho sonaría fatal para el niño interior) me he dado cuenta porque el limite de tolerancia hacia ciertas cosas ha disminuido. Me arriesgo a decir que ya no soporto ese espíritu adolescente que vive en un mundo donde todos son iguales o diferentes. No creo haber dejado de ser adolescente pues todavía adolezco de muchas cosas, pero en este momento me parece insoportable ver como o todos son iguales o todos son diferentes a esos iguales o diferentes a esos que quieren ser diferentes a esos que quieren ser iguales a esos iguales……. Y en fin, ya ninguno quiere ser “Uno Mismo” ni siquiera esos que buscan ser “uno mismo” pues se juntan con otros para formar un “Uno Mismo” hecho de retazos de todos “Esos Mismos” y se creen muy originales y únicos en el mundo por haber defendido la esencia del ser! Pfffffff!

Así que sabiamente (y en una decisión unánime con mi niña interior) he decidido hacer un retroceso en mi vida y volver a la infancia, así mirar a los adolescentes con el desprecio que puede dar la inocencia; y volver a formar la infantil confianza con la que ahora al amanecer bajo el pie de la cama, sin pensar en la remota posibilidad de que el suelo no esté allí. Quizás en algún momento de esté retroceso, un día cualquiera, yo me desconecte del mundo y el mundo se desconecte de mi, y será en ese momento que al bajar el pie, el suelo no esté alli.

No hay comentarios: