domingo, 18 de enero de 2009

Declaraciones I - Relativismo del amor


La ambigüedad trae hermosa libertad, saber que lo que se dice tiene un tinte de duda y de no poder ser definido.

Definir mis actos ante el espectador trae consigo el hecho de ya no poder seguir actuando.
De ahí en adelante todo será encasillado, entendido erróneamente y aburrido.
El placer que busco en el actuar ha desaparecido en la mente de quienes tratan de descifrarme, porque para ellos es imposible ver más acá, se busca lo que se obtiene en el solo hecho de hacerlo y no en la producción o en la consecuencia. La causa es la misma belleza, con movimiento o no, con reacciones o sin ellas.

La Luz.
Jamás pensé que habría de comprender la magnificencia del resplandor.
Abismos inmensos me separaban de lo que ahora es claridad.
Vacio que se lleno poco a poco con hermosas palabras, que no eran dirigidas a mi.
Inmensidad que da el sentir placer con todo pero con un solo hecho.
Es ser.
Reiterado.

La Nada.
Diré que me sentí atada a la convexidad de sus palabras,
Imágenes del orden que se puede encontrar dentro del desorden que hay en el caos.
Escogí la arrogancia de pretender y pretenderle.
Golpeo con desespero la puerta que conduce a la mujer.
Observo lo logrado desde lejos, sin atreverme a acércame.

Ahora busco una cotidianidad ajena que sirva de catarsis, para que se pregunte el por qué, pero no el para qué, la verdadera libertad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paradox and love...